II. El TRABAJO ORGANIZA LA COMUNIDAD NACIONAL
1. El significado profundo del peronismo histórico, además de consagrar
un liderazgo nunca igualado, señaló la presencia permanente de los
trabajadores en el concierto de las grandes decisiones de las que
estaban excluidos.
2. Su vigencia se actualiza y agranda ante la reiteración de crisis económicas cíclicas, agravadas por ciertas estructuras partidocráticas vacías de contenido y cruzadas por la división política y la corrupción impune.
3. La posibilidad del movimiento nacional se recrea así en la dinámica del conflicto gestado por el subdesarrollo y la dependencia, donde caducan los discursos y relatos de todo tipo.
4. En los momentos culminantes, realidad e ideal se amalgaman para recordar que la causa nacional está presente, por encima de avances y retrocesos.
5. La estrategia nacional en parte cumplida y en parte pendiente, implica hoy perfeccionar la democracia constitucional, con la participación activa de las organizaciones libres del pueblo y todos los sectores sociales.
6. La libertad de pensamiento y acción es la salvaguardia de los gobiernos de círculo con tendencia a la apropiación del Estado en función de intereses de grupos o sectores expoliadores.
7. El capital debe estar al servicio de la economía, y ésta al servicio del hombre, no al revés.
2. Su vigencia se actualiza y agranda ante la reiteración de crisis económicas cíclicas, agravadas por ciertas estructuras partidocráticas vacías de contenido y cruzadas por la división política y la corrupción impune.
3. La posibilidad del movimiento nacional se recrea así en la dinámica del conflicto gestado por el subdesarrollo y la dependencia, donde caducan los discursos y relatos de todo tipo.
4. En los momentos culminantes, realidad e ideal se amalgaman para recordar que la causa nacional está presente, por encima de avances y retrocesos.
5. La estrategia nacional en parte cumplida y en parte pendiente, implica hoy perfeccionar la democracia constitucional, con la participación activa de las organizaciones libres del pueblo y todos los sectores sociales.
6. La libertad de pensamiento y acción es la salvaguardia de los gobiernos de círculo con tendencia a la apropiación del Estado en función de intereses de grupos o sectores expoliadores.
7. El capital debe estar al servicio de la economía, y ésta al servicio del hombre, no al revés.
8. El centro de la construcción económica de una Nación verdaderamente
protagonista no es el consumismo exacerbado ni la inversión
especulativa, sino el trabajo eficaz y productivo.
9. Sólo la
“cultura del trabajo“ garantiza el crecimiento y el desarrollo
equitativo, frente a la enajenación de nuestros recursos naturales y
geográficos.
10. Restablecer el diálogo de la unificación
nacional, exige acordar las bases claras y sinceras de la “concertación
económica y social”.
11. Concertar, sinónimo de coordinar y
cooperar para el bien común, presupone la consideración mutua de los
interlocutores empresariales y gremiales y el debate de propuestas bien
fundamentadas.
12. De igual modo, exige recuperar la herramienta
estratégica de la planificación consensuada, a corto y mediano plazo,
para salir del “día a día” de la incertidumbre y la puja inflacionaria.
13. El trabajo trasciende la noción capitalista de remuneración de
“subsistencia” y el criterio colectivista de “sacrificio”, ya que es el
eje de la organización e integración del país.
14. Una comunidad
sin los deberes y derechos del trabajo, marcha hacia la decadencia
política, la destrucción económica y el enfrentamiento social.
15. Los antivalores que acechan la cultura del trabajo son: la especulación, la indolencia y la delincuencia económica.
16. Gobernar es poblar y crear trabajo.
17. Sin trabajo efectivo no hay transparencia electoral ni república, pues muchos votos se trafican con dádivas.
18. La decisión por un modelo productivo, que estimule el esfuerzo
compartido, definirá conscientemente el futuro de la Nación, y la
calidad de nuestra democracia.
19. La nueva etapa del
sindicalismo para el empleo productivo y la concertación social, exige
reafirmar la doctrina, reforzar la capacitación y realizar una
actualización transparente de sus estructuras y funciones.
20.
Manteniendo lo esencial de su matriz orgánica para evitar la
anarquización gremial, el sindicalismo argentino debe pasar de la “etapa
corporativa” a la “etapa comunitaria”, representando a todos los
trabajadores: activos, jubilados, precarizados y desocupados.
21.
No postulamos la “autarquía” política clasista, sino la “autonomía”
responsable en la defensa del interés común de todos los sectores del
mundo del trabajo y la técnica.
22. Una evolución sindical
inexorable, requiere lazos cercanos y directos con el conjunto social,
favoreciendo también la promoción de las pymes y la reactivación de las
economías regionales.
23. Todo el movimiento de los trabajadores
tiene el desafío de ascender de factor reactivo de “presión” a factor
proactivo de “poder”, para establecer y compartir un Estado de Justicia
equilibrado y sólido.
24. La creatividad que esta nueva etapa
demanda se traducirá en relaciones mutuamente útiles con el mundo de la
educación y la cultura; y en la formación profesional y política de las
nuevas generaciones de cuadros y dirigentes.
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