JULIÁN LICASTRO – DESTERRAR TODA
VIOLENCIA
- La violencia es el signo de la depredación, que Perón estadista definió como un efecto residual de la animalidad primaria, en su obra: “La fuerza es el derecho de las bestias”.
- Un impulso sin moral ni ética, contrario a la evolución posible, la veracidad requerida y la justicia necesaria.
- Las minorías, del extremismo o la reacción, se realimentan entre sí, resultando funcionales por igual a los ciclos destructivos de nuestro potencial de trabajo y producción.
- En consecuencia, el primer problema a resolver no es económico sino político, consensuando un proyecto equitativo que evite la ineptitud, el entreguismo, la impunidad y la fragmentación del país.
- Sólo una estrategia nacional debatida, predicada y compartida como tal, puede orientarnos en las crisis coyunturales, sin la tendencia facciosa de “agregar leña al fuego”.
- Si en esto caímos en el pasado, aprendamos la lección histórica aplicando la consigna “Nunca más”, para recuperar la esperanza y la credibilidad como virtudes de la convivencia.
- Hay que hacerlo con el esfuerzo de todos y el sacrificio de ninguno, en una perspectiva incluyente; con conciencia, prudencia y eficacia real, no aparente ni mediática.
- La reforma estructural e innovadora imprescindible no puede realizarla aisladamente ninguna corriente electoral ni social, si es que queremos ser Nación y alentar un desarrollo integral.
- El viejo “desorden planificado” montado para robar o especular debe ser desarmado, a fin de restablecer el sistema institucional; y actualizarlo con espíritu participativo y comunitario.
- No se puede conducir lo que no se ama; no se puede amar lo que no se conoce; y no se puede conocer nada sin admitir la realidad que es la verdad.
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