JULIÁN LICASTRO
CÍRCULO VICIOSO VERSUS CÍRCULO VIRTUOSO
Estamos en la
“previa”, saturada de presiones y rumores que luego se encauzarán a la lucha
real por el gobierno y el rumbo del poder.
En el actual
“círculo vicioso” la minoría especulativa comete apropiación económica,
comportando efectos recesivos para las grandes mayorías.
Lo único que
crece, junto a una deuda sideral, es la renta financiera y bancaria que protege
a los grupos dominantes, a expensas de la pobreza y la indigencia social.
La insatisfacción
y la violencia perfilan el desorden civil de una comunidad penetrada de
acciones corsarias, con patente para piratear todo y repartir a sus mandantes.
Se añade la
sospecha del uso discrecional de los “servicios”, incluyendo a malos jueces,
fiscales, periodistas y uniformados que deshonran su profesión.
También se
apuesta a confundir las manifestaciones pacíficas con provocadores, que
naturalizan la aversión pública y la represión indiscriminada.
En esa encrucijada
el “círculo virtuoso” nos compromete a lograr consensos por el diálogo,
sabiendo que sólo la unión razonable supera la apatía o los extremos.
Debemos
terminar con la fuga de recursos y cerebros, y priorizar las obras, la
producción y el trabajo, en una secuencia potenciada por la innovación
tecnológica sistemática.
La recreación
del Estado y del mercado interno encenderán el motor relacional constructivo,
que luego generará divisas genuinas, no usurarias.
Condición
material y anímica para recuperar el optimismo, en una actitud equilibrada y
justa.
Buenos Aires, 3 de junio de 2019.
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