EL LEGADO IRRENUNCIABLE DE PERÓN
Perón ha sido
el gran constructor de poder comunitario, nunca al servicio de los grupos
dominantes, con una creación orgánica capaz de ganar en las calles y en las
urnas; y resurgir de deserciones, emboscadas y extorsiones.
La guía de su
actos no fué la prepotencia del “mando”, sino la persuasión de una voluntad
constante; y el ejercicio perfectible de su singular método teórico y práctico
de disponer y concretar el liderazgo.
Supo
equilibrar como nadie virtudes de
humanismo y astucia, pacificación y épica, idealismo y realismo, autoridad coherente
y asimilación del espontaneísmo de las bases.
Verticalidad
para inhibir el caciquismo fragmentario; pero moderado por la prudencia de sugerir
procedimientos eficaces y no rémoras feudales.
Respeto a las
idiosincrasias locales, pero encauzando la integración federal en una misma
visión geopolítica y territorial.
Creencia sin
clericalismo, militancia sin militarismo, exaltación del trabajo fecundo, sin máscaras
laboristas ni extremos colectivistas.
Esfuerzo por
avanzar de la politización superficial a una progresiva cultura política, sostenida
en la difícil prueba del espacio y el tiempo.
Empeño en
convertir al enemigo en rival, y al rival en amigo, preservando la matriz
reivindicatoria de la Unión Nacional;
causa noble por la cual volvió para morir en su tierra, sin resentimientos ni
agresiones.
Su legado
memorable alienta un fuerte compromiso ciudadano, de trascendencia histórica:
actualizarnos y desarrollarnos sin traicionar valores ni principios
fundamentales.
Condición
necesaria para merecer la pasión de renacer y el orgullo de retonar; siempre
presentes, en la línea irrevocable de la felicidad del Pueblo y la grandeza de la Patria.
Buenos
Aires, 1 de julio de 2019.
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