ANA Y JULIÁN
LA AMISTAD
Un sentimiento
agradable que se construye en la vida desde la virtud del ser, que lucha
solidariamente por cumplir con su deber, leal y comprensivo, sin perder el
rumbo en los momentos difíciles, y compartiendo los nuestros sin contagiar
pesimismo.
Un alma
gemela, en el otro ángulo de la existencia, cuando las vivencias en la profesión y en la vida, nos lleva a la pasión
noble de la pertenencia a una comunidad de militancia, con el diálogo sobre el
sentido de una patria pendiente pero nunca olvidada.
Un creyente o
agnóstico, pero siempre respetando la fé de quienes viven sinceramente su
religión, como energía salvadora en momentos cruciales del destino.
Alguien que
preserva los valores de la familia a pesar de los sinsabores sufridos, hasta
que regresa la bendición del amor.
Luchadores
hasta el instante definitivo del misterio de la vida y de la muerte, capaces de
apreciar y criticar, a la vez, la heredad de principios y costumbres que
dejamos a nuestros hijos y nietos, entreviendo un futuro diferente.
Una especie en
transición, con la buena nostalgia por el
mundo que no vemos porque ya no existe, como no fuese por los colores,
sensaciones y perfumes que, para nosotros, son el tesoro inextinguible de la
eternidad.
Con esta
ilusión o conciencia, o como quiera que se llame, la amistad no es un día,
porque significa el eterno retorno de un afecto puro.
La amistad
simplemente es hacerse querer.
¡Felicidades!
Buenos Aires, 20 de julio de 2019.
No hay comentarios:
Publicar un comentario