jueves, 18 de abril de 2019

ALAN GARCÍA: LUCES Y SOMBRAS EN UNA TRÁGICA DECISIÓN



ALAN GARCÍA: LUCES Y SOMBRAS
EN UNA TRÁGICA DECISIÓN

En contraste con la cobardía de quienes, recibiendo mayores sobornos de Odebrecht, manipularon la “justicia” y los medios para forzar sobreseimientos espúreos.

Lo conocí durante mi exilio en Lima y luego lo traté como funcionario en Perú. Hijo político dilecto del Víctor Raúl Haya de la Torre que escribiera “El antiimperialismo y el APRA”, y quien luego fuera liberado de su largo asilo en la Representación colombiana, por presión de EE.UU., con el compromiso de frenar la proyección del peronismo histórico en Perú, mediante la Asociación de Trabajadores Latino Americanos Sindicalizados (ATLAS).

El primer Alan superó a su maestro con una obra sobre la nefasta ingerencia del FMI, y los bancos ligados al extranjero, para saquear la Argentina. Me solía decir: “ustedes tienen el Movimiento, pero nosotros tenemos el País”, refiriéndose al condicionamiento austral argentino, para irradiar plenamente su modelo de desarrollo soberano.

De origen modesto, poseía una oratoria eximia, una memoria prodigiosa y un carisma arrasador. Su enemigo principal fue Mario Vargas Llosa, del cual el Representante del Brasil decía abiertamente era financiado por Odebrecht. No hace mucho el mismo Vargas dijo, públicamente, que había que “premiar” a Odebrecht por ayudar a desenmascarar la corrupción en nuestro continente.    

Un Vargas Llosa primero aprista y luego marxista que, como todo converso, devino ferozmente liberal y autorrefugiado en España, aunque siempre inferior ante la literatura magistral y la visión auténtica de Gabriel García Márquez.

Estos recuerdos claro-oscuros no eluden los errores de una prolongada vocación política que abrazó muy temprano. Y se extendió en los años tumultuosos y contradictorios de una época de dictaduras, transiciones y conceciones excesivas.

Su polémico coraje alivió a su familia y el peso del alto cargo democrático ejercido. “Soy cristiano. Creo en la vida después de la muerte. Y espero tener un pequeño sitio en la historia del Perú”. Fueron sus últimas palabras.

Buenos Aires, 18 de abril de 2019.

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